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Departamento De Botánica > Flora Amenazada Y Endémica De Sierra Nevada

flora de sierra nevada pdf

Otro de los conjuntos a poner énfasis es el de las tortugas marinas; están presentes en las costas españolas un total de ocho especies distintas, cinco de ellas con figuras de protección. Así, especies como la tortuga boba y la tortuga verde , las dos en peligro de extinción, la tortuga carey , tortuga lora o la tortuga laud , en riesgo crítico, tienen la posibilidad de verse por las costas insulares y peninsulares. Su presencia hay que fundamentalmente a las importantes rutas migratorias que circundan las costas españolas y a la existencia de esenciales extensiones de praderas de fanerógamas como Cymodocea nodosa, Zostera nolti, Zostera marina o Posidonia oceánica de las que muchas de estas especies se nutren. Al revés, esenciales ámbitos de Castilla-La Mácula, el valle del Guadalquivir, la costa murciana y almeriense, el valle del Ebro y algún que otro campo de la zona mucho más llana y antropizada de Badajoz, Valladolid, Localidad Real y Toledo, detallan las diversidades más bajas. En su mayor parte, son territorios intensamente editados por siglos de ocupación humana, que han transformado las condiciones biogeográficas auténticos, propiciando una ausencia visible de espacios convenientes para la fauna vertebrada terrestre. El segundo de los ámbitos se corresponde con el Sistema Central, en el límite entre el sur de Ávila y Segovia y el norte de Madrid. La presencia de un fuerte sistema montañoso formado por las sierras de Malagón, Guadarrama y Somosierra, rompe la aparente monotonía ambiental y ecológica de la submeseta norte, dando rincón a gradientes altitudinales reflejo de las variantes climáticas y edáficas, que se tienen la posibilidad de observar en un grupo de pisos bioclimáticos muy dispares y por consiguiente de biotopos que aseguran la presencia de un óptimo número de fauna terrestre.

Finalmente, es importante resaltar la existencia de formaciones vegetales que dependen fundamentalmente de las peculiaridades del suelo sobre el que se desarrollan y resultan menos influidas por las condiciones climáticas imperantes. Es la razón por la que se denominan vegetación edafófila (edafohigrofila y edafoxerófila) y se encuentran indistintamente en los 2 dominios bioclimáticos que ya están. El último de los Parques Nacionales (por orden cronológico) ha llegado a este estatus por suscripción habitual y por pura necesidad. No en balde, el turismo y la explotación urbanística empezaba a amenazar los diferentes ecosistemas de montaña mediterránea que aquí se dan. El éxito de sus panoramas es tal que, sin ir más lejos, el ingreso a la Pedriza está limitado a 270 vehículos por día al paso que el resto de sus caminos y parajes gozan de un nivel de protección que garantiza la no incidencia del visitante.

Flora Parque Nacional De Sierra Nevada

Las vertientes meridionales, de carácter mediterráneo, más soleadas y secas, albergan carrascales y extensos pinares de pino albar. Las septentrionales, de carácter atlántico, mucho más umbrías y frescas, alojan abetales, hayedos y robledales propios de la vertiente atlántica y de Europa Central. La actividad humana ha acentuado estos contrastes favoreciendo las plantas adaptadas a ambientes secos.

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La flora está profusamente ilustrada con 2181 fotografías, tal es así que aparecen representadas el 54% de las plantas de la zona. La vegetación riparia se lleva a cabo en los márgenes de ríos y arroyos y actualmente se encuentra muy degradada, siendo difícil localizar bosques de ribera en buen estado de conservación.

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La abundancia de agua y su orientación han propiciado una biodiversidad excepcional. En este genuino tesoro de joyas botánicas se dan cita varias especies de árboles de hoja caduca y arbustos que dan múltiples panoramas distintas.

Penyagolosa alberga una enorme variedad de pisos de vegetación muy transformados por la actividad humana secular. Hoy en dia dominan los matorrales y pinares, pero las encinas, los melojos y otros árboles serían asimismo rebosantes de manera natural. En el piso del encinar domina el pino carrasco y en el piso del melojar el pino albar. Entre los dos se localizan pinares de pino negral, de forma frecuente en formación mezclada con otros árboles.

En este punto pues, se unen tres líneas divisorias, la que divide Capileira al este y Pampaneira al oeste, la de Capileira al norte y Bubión al sur, y la de Bubión y Pampaneira que se prosigue a partir de este punto por la misma acequia. Se continúa por la acequia Nueva hasta el este del cortijo El Partidor y cerca de la vivienda se deja la acequia para adentrarse en Pampaneira, rodear el cortijo por el norte y subir a la cota 1.790 metros por la que llaneará hasta el sendero que sube a Peña Gallego, que se tomará y, en dirección suroeste, por la cota 1.800 metros, se llegará a la altura del morrón de la cañada de las Yeguas, para girar bruscamente al oeste y ascender hasta exactamente el mismo morrón en la cota 1.940 metros donde, además de esto, coincide la divisoria de los términos municipales de Pampaneira y Soportújar, y se sitúa la referencia número 34.

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  • Tal era la situación por esas datas, que para eludir su extinción debieron crearse de manera urgente varias reservas de caza, entre las que resalta la de Sierra Nevada, declarada como tal en el año 1966.
  • También hay que citar los alcornocales con casi un 3% de área potencial frente al 1% actual y los acebuchales u olivos silvestres que destacan más que nada en Baleares.

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